Los animales con un solo cuerno, es decir "unicornios", simbolizaban desde la antigüedad un emblema de soberanía y poder superior y único. ¿Quién no anhela tener absoluto dominio sobre sus pasiones y debilidades? ¡Cómo aspiramos a esa fuerza superior y única! En cierto sentido, quienes trabajamos por alcanzar un estado superior, somos "unicornios espirituales".
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